Bambina, la niña de mamá
>> miércoles, 10 de febrero de 2010
Bambina es de esos seres que nacen iluminados por una estrella muy brillante.
Única sobreviviente de un parto que se llevó a su madre y a sus hermanos, fue rescatada por una veterinaria y durante semanas luchó con problemas digestivos que la tuvieron tres veces al borde de la muerte.
Cuando la ví por primera vez , tenía poco más de un mes y sus enormes ojos me cautivaron. Durante una semana esa visión me persiguió y finalmente la llevé a casa. Era marzo del 2004.
La pequeña huérfana no conocía a los de su especie y se aferró a mí creyendo que yo era su madre, y de alguna manera lo fui durante 5 años. En casa estaba la manada y Ella.
Recuerdo que esa mañana del 4 de marzo, volví a casa con la sensación que ese pequeño ser que traía en mis brazos cambiaría de alguna manera nuestras vidas.
Físicamente era patito feo, pero todos quedaban prendados de esa mirada llena de vida que a nadie dejó nunca indiferente.
Cuando meses más tarde el patito se convirtió en cisne , su mirada siguió causando estragos, y todo aquel que la conoció la amó inevitablemente.
Bambina era mitad gata, mitad ángel. Infundía paz, daba alegría; creo que siempre supo que su vida sería corta y que debía vivir intensamente.
Problemas renales, consecuencia de su precaria primera infancia le aquejaron desde su tercer año de vida y un tercer paro renal se la llevó hace un año.
Durante sus tres primeros años de vida fue una gatita normal. Hoy me basta cerrar los ojos para verla saltar a las paredes o trepar a los árboles, correr por el jardín o acurrucarse en mis brazos.
Luego, aquejada por los dolores durante sus crisis, pasaba horas junto a nosotros, quieta , mirándonos con ternura e irradiando paz.
Su cuerpo físico ya no está , pero ella vive con nosotros, irradiando su luz sobre la manada: sobre cada uno de sus hermanos no importa donde estén.
Mi dulce Bambina , mami no te olvida.
Cris
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