Michka tenía tres meses cuando llegó a casa. La pequeña calicó siempre fue especial : en sus primeros meses de vida estuvo muy unida a un pequeño hermano de adopción que nos dejó prematuramente para luego replegarse en sí misma e ignorar a los de su especie. También ignoraba a los humanos a excepción de su madre humana a quien amó siempre.
No sabía de horarios : se levantaba de madrugada pidiendo salir, comer o beber : vivió a su aire y era feliz durmiendo en la cama de su "mamá".
Le gustaba salir al jardín si había buen tiempo y tomar agua del grifo : los días posteriores al terremoto fueron terribles porque insistía en pedir se lo abrieran y refunfuñaba frente a los platos de agua fresca obtenida con dificultad.
La gatita de la "boca sucia" era una de los dos sobrevivientes de los primeros bambi : la bebé de entonces, la más demandante e intolerante de todos. Sin embargo en sus momentos de ternura era imposible no derretirse con ella, quizás por eso le soportábamos todo.
Tengo la esperanza de que en algún rincón del universo se haya reencontrado con su compañero y reconciliado con la vida.
Hasta siempre Michkita!
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